Un vicepresidente senior de Google supera a Felix Baumgartner en salto con paracaídas

La compañía estadounidense es de lo más exigente con sus empleados y obliga a los vicepresidentes a rendir al más alto nivel. A éste ya no se le ocurrió otro nivel más alto donde rendir.

Sin tanta cámara, mucho menos pesado de seguir y sin patrocinio de la bebida isotónica que como no se anuncia en nuestro medio, no decimos cuál es, Alan Eustace, hasta ahora sólo conocido por haber sido sucesivamente un alto ejecutivo en Digital, Compaq, HP y Google, se ha convertido en el humano que ha saltado desde más lejos a la tierra, cosa que no parece de una gran utilidad, pero sí de mucho mérito, como la inmensa mayoría de los records Guinnes, dos cosas que no gustan a todo el mundo, ni la cerveza Guinnes ni sus records, pese al gran interés de muchos de ellos, como el de número de tapaderas de retrete rotas con la cabeza, establecido en 46 en un minuto por  el estadounidense Kevin Shelley en septiembre de 2007 o el también muy meritorio de persona con más cucharas colgando de la cara del canadiense Aaron Caissie, establecido nada menos que en 17 en abril de 2009, pero en fin, hay gustos para todo.

La cosa es que el actual ejecutivo de Google ha tenido la idea de ofrecer a su compañía el resultado al nivel más alto que ningún humano haya logrado alcanzar con el probable objetivo de seguir siendo vicepresidente, así que ni corto ni perezoso, se ha atado a un globo de helio de una manera mucho menos glamourosa que Baumgartner y al llegar a 41.420 mts. de altura (el suizo se había arrugado a los 39.068 mts), sin imágenes en directo por todas las cadenas de TV ni centenares de medios acreditados, se ha soltado y ha comenzado a caer tal y como habían predicho los pocos miembros del equipo técnico que ha trabajado durante tres años en esta, ¿como llamarla? estupenda idea para la difícil ciencia del salto de lejos.

También ha batido el record de caer deprisa, pues ha alcanzado una velocidad de 1.287 kms/h, si bien es cierto que iba cuesta abajo. A tal velocidad, el viaje de ida y vuelta ha llevado un total de 15 minutos, en los que se ha desviado del punto desde el que despegó 70 kms.

En Google no están ni satisfechos ni insatisfechos. Lo cierto es que este viernes este hombre no estaba en su despacho, como deben estar los vicepresidentes, sino a 41.420 mts. de altura sobre el desierto de Nuevo Méjico dando saltitos y sin móvil para avisarle si le necesitaban para algo.  Tan sin móvil que, créase o no se crea, para evitar el sobrecalentamiento en el traje espacial low cost que llevaba, en lugar de mover su brazo para accionar el conmutador de su radio, simplemente movía una pierna para decir que sí a control de tierra, tal y como narra el New York Times, único medio que ha seguido tan magno evento.

Noticias de tanto alcance y de tan profundo interés científico, humano, social y casi todo lo que se quiera decir, hacen recuperar la ilusión en el ser humano, en la sensatez de nuestra especie y la confianza en que con más personas como ésta, el mundo será cada día un lugar mejor para vivir, siempre y cuando no te caiga un astronauta con paracaídas en la cabeza.

 

 

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